29.10.10

Tres hipótesis sobre Luzmila Carpio

De nuevo, voy a decir la verdad (aunque esta, la verdad, no importe mucho): El teléfono que acabo de perder, o que me robaron, fue un regalo de cumpleaños que mi mamá encontró tirado en la central del norte. Qué puedo decir, más que se cruzaron los karmas. Igual que cuando, hace poco, me fue otorgado el privilegio, por decirlo así, de adoptar y proteger un dispositivo reproductor de música quedado huérfano por accidente, negligencia o cualquier afortunado incidente, que desconozco. Furiosamente, practicando la oportunidad de proteger el dispositivo, dediqué las posteriores mañanas enteras a restaurar y ocupar con música toda su capacidad. Música que respaldé, en 15 CDs, antes de darle fatal formato a mi anterior computadora portátil; por lo que se trata, en su mayoría, de canciones con fecha anterior a 2006 (gulp).

Entre esas músicas, encontré un disco de Luzmila Carpio que un antiguo compañero de casa me compartió (porque eso hizo y así se dice). 14 canciones que disfruto mucho, especialmente esa que hace música con la imitación de los sonidos de un paisaje campestre. Canciones que delatan el chairo pulgarcito que llevo en mí, y de las cuales dezconosco los títulos pues olvidé registrarlos durante la importación, ptrrrrr.

El otro día, mientras mi actual compañera de casa y yo disfrutábamos del café matutino, escuchábamos el disco ese, porque así lo decidí, mientras comenzamos a suponer qué podría traducirse de la letra de esas canciones, interpretadas en Quéchua.

Suposición 1, la folclórica espiritual: "Mirad los peces nadar en el río/ de agua tan cristalina/ que es invisible/ que sólo puede tocarse"

Hipótesis 2, la folclórica contestataria: "Pueblo mío/ que de tu tierra nos permites cosechar la sagrada coca/ protégenos"

Hipótesis 3, la de mal gusto, que no tiene por qué descartarse: "Lavando ropa junto al río /maldigo al tercer mundo/ yo sólo quiero mi lavadora/ y mi refrigerador/ Mi marido/ borracho/ me golpeó de nuevo"

Tengo alma, pero no soy un soldado.

La belleza está donde uno la encuentra.