Malditas las penas que soportan una enfermedad de cuatro días. Peor de malditos los piquetes de a doce horas que he venido soportando, de manos de cuatro personas distintas, con pulsos que han de variar de acuerdo al ímpetu de sus ganas de inyectarme, que no de que me alivie. De esta forma, mis hermosos gluteos, pequeños pero aguantadores, han quedado marcados de ahora y pa al menos estos comienzos de año, los cuales, mal se aprecia, no recibiré con algarabía, desmadre y borrachera. Me lleva.
Y comienzo a conjurar. Qué tal que no hubiera viajado, y no me hubiera enfermado, y tal vez hubiera estado en cenas y cosas de amigos del defe en las puras fiestas. Estaría con la expectativa del año nuevo, y deseoso de las manos de gorila que me despidieron con caricias. Cha.
*Fiona Apple, Extraordinary Machine
3 comentarios:
IF... pero no hay si hubiera. Y es una pena. Tan lindo que podría ser todo si hubiera sido diferente.
Ahora sí que quiero ir por zapatos nuevos. Bah, qué más da una tocecilla, mañana me embriagaré a toda costa!
oye no inventes, por que te inyectan tanto, no mames si no eres tiro al blanco de fiesta pueblera con premios de alcancias de monos chachareros.
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