En la primaria del CEPSTUNAM, unos compas y yo nos fuimos a grabar chavitos pa mi documental de Astrobiología. Tenían que dibujar un planeta, existente o no, habitado o no, lejos del sistema solar o dentro de este mismo. Luego los grabamos para saber qué habían dibujado, si creían que todo el universo estaba poblado, en qué planeta les gustaría vivir y qué se llevarían.
Aisa dibujó un planeta de franjas multicolor, alrededor de cuya atmósfera flotaba un monito con casco que decía: Jiuston, tenemos un problema. En mi planeta sólo hay Emos, nos dijo. Y ¿dónde está tu planeta? Al sur. Raúl le preguntó si su planeta se llamaba Villa Coapa.
Aura también dibujó un planeta habitado por Emos. Era blanco y negro. Tenía un dibujo de una chica con un suéter de cuadros, el cabello en la cara, alas y una lágrima corriendo por el rostro. Luego se arrepintió y dijo que no era Emo. Casi llora.
Mi nuevo secreto amor, David, dibujó un chingo de seres pulposos con múltiples ojos, orejas y ombligos. Su planeta era redondo, pues lo había dibujado con un compás. Dentro del círculo, había unos pequeños dibujitos de los que salían flechas que señalaban los dibujitos en grandes. Es que no son así de grandes, los dibujé aumentados porque de lejos no se alcanzan a ver bien. Quiere ser paleontólogo, usa unos lindísimos lentes de armazón oro pálido, y dentro de nueve años dejará de ser una ilegal tentación.
Paty dibujó un planeta sobrepoblado de lombrices y hombrecillos multicolores. Son los habitantes de Saturno, que se la pasan buscando vida inteligente en otros planetas. Ellos creen que los demás seres del universo son malos, pero no es cierto.
Ilse dibujó un planeta roji-negro, despoblado pero rodeado de estrellas. Es que no lo han descubierto, todavía.
Una niña que no recuerdo cómo se llama, dibujó una versión rosa con morado de Marte. Es un país poblado por puras marcianas, no hay hombres. Es que no me gustan...bueno, no me gusta su forma de ser. ¿Qui'hubo?
César dibujó la exótica tierra de Fantasmalandia, poblada por marcianos muertos que ahora son fantasmas.
No faltaron los huevones que nomás querían perder clase y dijubaron la primer mamada que se les ocurrió, sacada de l atele o de su torcida y pobre imaginación. El premio se lo llevó el pequeño Adrián, con su versión de la "PopiscoNNNbinadaconelchangolIIIon".
Hubo otro chavito, olvidé su nombre pero no su carita de futuro galán deportista. Un geómetra dibujante de un planeta con continentes, mares, un chingo de lunas que cubrían medio diámetro de la superficie, y un chingo de ovnis alrededor también.
Quiero un hermanito. Prometo portarme bien con él.