9.1.09

Toda la actitud dosmilnuevera

Tres quinceañeros aprovecharon sus últimos días de clases para hacer la tarea.
Bueno, no. Iban en el metrobús asustando gente, aventando botellas de plástico por una ventana.
-Nomás no olvides-, habló el filósofo del trío, -luego te tocará a ti-. Hizo una breve pausa y continuó: -Cuando eso pase-, se detuvo para, en el silencio de sus palabras, expandir los labios cerrados, encojer los hombros y levantar su gestual arrogancia en un gesto de "chingue a su madre" para, finalmente, sentenciar: -cuando eso pase, ya te desquitarás con el que siga-.

Tengo alma, pero no soy un soldado.

La belleza está donde uno la encuentra.