22.4.09

Las mejores cosas de la vida:

Vienen en envases pequeños,
duran una fugacidad,
se dicen con pocas palabras,
son impermanentes...

21.4.09

TODO, TODO, TODO...

TODO AL RITMO DE LA MÚSICA. A todos nos pasa. Vamos caminando por la calle, escuchando un audífono o los dos (dependiendo del exceso de uso), y la gente se mueve al ritmo y ánimo de lo que suena. Y nuestros movimientos, a veces hasta el ritmo de los pasos, sigue los golpes de la música.

¿A poco no?

La vida se vuelve un musical, inédito para quienes no oyen lo que nosotros.

En la calle, en el pesero, en la oficina, tenga usted musicalina.

19.4.09

Me cagó un ave la otra mañana

No me explico, de otro modo, la suerte de recibir, por error, el doble del crédito que pedí en la tarjeta del metro.
Proporcionalmente, a mi amigo Raúl, el cajero le entregó el doble el dinero que había solicitado.
Las palomas cochinas y cagonas, en su generosidad demuestran ser los ángeles del miserable.


(Aaaaaaay, qué mamila).

4.4.09

El oficinismo te ha infectado sin remedio toda vez que lo único que deseas es la llegada del viernes.

La ciudad se vuelve tan grande como tu mochila y tu mochila se vuelve poquito menos grande que la esperanza de unos minutos libres para poder leer, dibujar, escuchar música, escribir o comer tranquilamente.

Tengo alma, pero no soy un soldado.

La belleza está donde uno la encuentra.