La fila volvió a ser inmensa, más que antes, y completa y absoluta más que rotundamente LENNNNNNNNTA, y tediosa como el zumbido largo de una lámpara con corto circuito.
Después de media hora, fue el turno de sacar cita para chico y chica que caminaron frente a mí mientras avanzó la fila. Quiero una cita para el Ginecólogo, dijo él (¿¿¿??? Dije yo). Lo que pasa es de que ella no es de aquí y quiere saber si puede usar mi número de cuenta para sacar cita con el doctor.
Era un chavo como de metro sesenta. Estaba guapetón, era muy delgado, casi como yo. Su cabello era muy lacio y castaño claro. Nunca le vi los ojos, pero escuché su voz de tono muy cariñoso y amable, casi casi "mangoniable". Ella era una chica rubia, de aspecto europeo, que hablaba en inglés (toing, como dicen). Ambos se comunicaban con respecto de cuestiones a cerca de las probabilidades de que se armara el chanchuyo ese de la consulta.
Primero, mientras estuvimos por largo tiempo formados, ambos mantenían sus distancias. Él con la cartilla en mano y doblando los tobillos, como cuando uno se cansa de estar de pie por mucho tiempo y quiere moverse un tantito para sentirse menos muerto, más dinámico. Ella, mientras tanto, hablabayhablabayhablabayhablaba, como yasabenquien, y decía, y preguntaba, y no se esperaba a que le respondieran, y quería, y etcé-te-ra.
Como a los quince minutos, ella se tranquilizó. Él mientras tanto le repetía el procedimiento: nada más le decimos que ya hablamos con el doctor, que él dice que no hay tanto problema en darte la consulta así. De todas formas, traemos las dos papeletas y si nos dice algo vamos por el doc y le pedimos que..bla bla bla. Ella bostezó abriendo los labios de par en par y enseñando su rosada lengua, acercándose luego a él para recargar la cabeza en su hombro (silent sigh).
Ella lo tomó del brazo y él la abrazó. Y dejaron de ser "amiguitos" para ser "amiguitos cariñosos" en la fila de Servicios Médicos. Como se las hicieron de pedo, ya no supe qué onda con su consulta, nada más quedó escrito que no iba a haber tal cosa para mí ese día; es decir, para el sensible veinteañero, por lo que tuvo que aguantarse nuevamente con sus tés con miel y limón, y los efectivísimos vasos de leche caliente, también con producto apícola alivia gargantas.
Sólo pido una cosa: no quiero oro, ni quiero plata, nomás quiero un hombro para la próxima vez que deba ir al doctor.
4 comentarios:
haz gárgaras con bicarbonato...
Ya salió la fotoooo, yajuuuuu. (La hipocondriaca recomendándome remedios caseros?? Pero si ya fui al doc!! -Me pusieron una inyecciçon superculera de dolorosa, no es pedo, yo ni miedo tengo a las agujas. BENZOTACIL, si alguien se la menciona, corra y cuénteselo a quien más confianza le tenga.
NOOOOOO!! No me puedes dejar asi, como un tonto (a) pensando en tí, sin saber porqué te vas, no no no no (por si no lo captas es una canción de LuisMi)
Porqué tu mamá se tiene que ir al ()/&/&R%&$##"!!° Hidalgo?? porqué, porqué , PORQUE?????!!
No es justo, no es justo, y ora cuando vas a venir, NUNCA!! y poco a poco te irás olvidando de Pueblicias y así hasta que nunca más volvamos a saber de tí, sñighhh!
TENDRE QUE IR A VISITARTE, TENDRE QUE HACERLO...!
(estoy intentando calmarme, by)
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