2.5.07

Sapo descalabrado

El sapo le preguntó al plomero: ¿cuánto te debo? El plomero cotizó a partir de su experiencia con otros sapos: van a ser cien. El sapo se asustó, buscó en su cartera, y no se rajó. Más tarde, se vería su cara de sapo en el espejo.
Mejor le hubiera quedado a deber.

2 comentarios:

Mar dijo...

Ahora entiendo.

Anónimo dijo...

Si no me lo explicabas, nomás no.

Tengo alma, pero no soy un soldado.

La belleza está donde uno la encuentra.