Paradójico; pero, desde que entré a estudiar cine, menos tiempo tengo de ver películas. Entre las clases simultáneas de 9 a 21 horas diariamente, la preparación de los cortos y el rodaje de los mismos, apenas y para un capítulo de
The office o una media hora de
Days of being wild; porque si no, uno ya no pone atención y ni aprecia ni aprende ni entiende al menos tantito de la trama.
Porque yo soy de los que se duermen con mucha facilidad en el cine, además. Y varias veces, en plena madrugada, me ha despertado el reflejo del protector de pantalla del DVD.
Extrañado, el maestro Ayala exclamó un
¡milagro! cuando nos vio salir de
La casa de Alicia el otro día.
¡N'hombre!, le dije anorteñado, lo que pasa es que "nos hemos estado campechaneando los horarios", por eso no nos ha visto.
El CUEC es como un karma que se nivela y desnivela constantemente. Afortunadamente, tras los rodajes de la
so cold Ficción Uno, nos encontramos ante una temporada breve pero sustanciosa de tiempo libre; de tal manera que, en efecto, señoras y señores: LOS ESTUDIANTES DE CINE HEMOS PODIDO IR AL CINE.
Solos contra el mundo es una película perdida en la traducción, pero muy bonita. Una comedia romántica que se transforma en una tragedia de guerra, con un estilo de cámara rigurosamente libre de moverse y recomponerse y quedarse estática el tiempo que sea necesario, aunque de vez en vez se intercortan tomas de una manera más bien convencional, común a cualquier película. Sin embargo, muchas películas convencionales quisieran sustentar en esa libertad de la cámara un contenido tan difícil como el del amor entre dos hombres separados por sus procedencias geopolíticas.
El gran silencio ("este es el chúntaro estail..."), es una película concebida alrededor de hace trece años, porque sus protagonistas, monjes católicos de los alpes franceses, no se sentían preparados para permitir que el cine perturbara sus entregadas vidas. Transmisora de una inmensa paz, el documental verdaderamente no se mete de ninguna manera con los asuntos del monasterio. Los registra y los exhibe cronológicamente, empleando breves lapsos de película para presentar de frente y a la cara a los moradores de este ultra ascético filme.
La casa de Alicia es una telenovela brasileña bien hecha. No es melodrama, pues no hay música, y tiende al hiperrealismo pero hay ratitos de sobreactuación. Ayala dice que este tipo de películas comienzan a abundar tanto que parece que se ha creado un género nuevo. Como no siempre sé si el maestro se burla, habla en serio, o micha y micha, yo lo que le entendí es que está chido. Porque, además, no es sencillo hacer una telenovela bien: con diálogos cotidianos, villanos cuyo fin trágico queda en subtexto, conflictos dramáticos donde el sufrimiento no se vale de simplezas emocionales o rodeos circunstanciales.
Cállate y canta, es el divertido documental que exhibe la verdaderamente triste pero muy divertida historia de las Dixie Chicks, cuyo ascenso y caída y nuevo ascenso se sincronizaron con el inicio, fin y continuación de los ataques a Irak. También sin intervención alguna de los documentalistas, más que en el montaje, para mí que aquéllos supieron perfectamente aprovechar las circunstancias del escándalo de estas chavas pa seguirlas durante cinco años y sacar su película. Irreverentes, medio cínicas, inteligentonas, chistosísimas, esposas de tres de los hombres más guapos que me ha tocado ver en pantalla grande, y sorprendentemente talentosas, estas viejas le prendieron fuego y dividieron al público del género country, entre quienes apoyaban a Bush y quienes no, a pesar del error del ataque al país medioriental.
El cobrador es malísima, pésima. Absurda. Económica pero insignificante. Aburrida. Y ya.
También vi
La mujer de mis pesadillas, pero en Cinemex; lo único que tiene de divertido es cuando a Ben Stiller lo reenvían a Estados Unidos pero como indocumentado. Es muy cagado. Cagadísimo. De verdad. Me estoy riendo ahora mismo.
Y me aventé
What's new pussycat? de nuevo. Qué divertida es. De nuevo, me acuerdo y me carcajeo.
Más días de estos, ¿no? Prolíficos, llenos de aprendizaje. En un mes son las evaluaciones del primer corte de nuestros trabajos, deséennos suerte.