Ese día ha de llegar

Las formas de vestir seguirán regresando en el tiempo, hasta que todos andemos de mallas y nos perfumemos con naranja, canela y clavo; luego, la moda dará un giro y el último grito serán las túnicas medievales. Así, hasta que la moda sean las hojas de parra y vivir en tu propio jardín del edén. Los coches serán cosa del pasado y los nuevos ricos nos enseñarán que la onda es salir a caballo. La gente se sentirá extrañamente cerca con tanta tecnología de la comunicación y las localizaciones, que mejor nos mandaremos cartas para recuperar cierta intimidad. Las pantallas de plasma desaparecerán para revivir las glorias del cristal líquido, y así hasta que luego la gente se de cuenta que la tele no sirve de nada, y regresen a los libros y luego a los juglares y así hasta las leyendas orales. Y lo peor. El amor será una cosa tan aburrida por fácil e insegura, que poder encontrar pareja con tanta opción tecnológica abrumará al punto que los padres volverán a los matrimonios arreglados. Aaaaaaaaaaaggggárrense.