Atenco está de moda, así que voy a escribir al respecto. Me contaron que Livi se queja de que muchos bloggeros descuidamos la situación política del país por preferir escribir de nuestras trivialidades, así que pues tomo la palabra y desde mi trinchera me sumo a las protestas sobre la represión en Atenco, pero hasta ahí.
Hago una pausa en los maravillosos acontecimientos que anuncian la próxima legalidad de mi persona en varios países del mundo para escribir sobre este asunto de acuerdo a mis ideas políticas; las mías y de nadie más, de ningún "colectivo", ni siquiera del gay o del que vende hot dogs en mi facultad.
Me parece deplorable que se torture, viole y despoje arbitrariamente de la libertad a cualquier persona que tiene derecho a asociarse con otros para decir lo que piensa. Pero también desamdre llama a desmadre, y una sociedad desorganizada en sus protestas refleja por igual la desorganizada forma de frenarla.
Esto lo digo porque: yo soy de los que creen que todos los estudiantes universitarios que se plantan a mitad de la explanada de la facultad en la que estudio necesitan de una sola cosa: pretextos para manifestarse. No encuentran otra manera de "actuar" que no sean sus "megamarchas" (cosa que hasta El Valedor despreciaba), y "asambleas" llenas de gritos y consignas sumamente ridículas. Sin embargo, debo aceptar que entre ellos existen quienes sí se toman el tiempo y la paciencia para solicitar organización; entre ellos está la conocida chica que vende sandwiches (¿debería escribir sanduiches pa mexicanizar la palabra?), así como las deliciosas sincronizadas con su salsa mexicana, mmmm se me hizo agua la boca.
¡¡NO!! De vuelta a las trivialidades, qué banal soy, oh no ¡soy tan poco político! En fin, esta chica a la que me referí antes habló durante una de las "asambleas" (es que todo es como el mismo circo que pasa en los "medios", lo siento). Dirigiéndose con calma, tono de voz modulado, ella comenzó a enumerar las atrocidades, a describir la situación de unas compañeras politólogas detenidas, a manifestar su tristeza e inconformidad, pero más importante: a llamar a la organización.
Organización es una palabra que no comienzan a entender. Creen que organizarse es irse en grupitos a marchar por las calles o pa'l caso cerrarlas, que es más cómodo.
Nooooo m'hijos. Organizarse es algo más complejo, implica defender una causa a la vez y no la más inmediata sucedida. Implica mucha paciencia, tolerancia, y no el desenfreno esporádico de gritos, consignas y calles cerradas. Implica, por ejemplo, trabajar en la producción de muchos cortometrajes del CUEC cuya propuesta formal protesta de manera radical contra la continuidad intensificada de las películas actuales.
Esa ha sido mi manera de protestar, y seguirá siendo, aunque en alguna ocasión deba yo tener que aguantarme y aventarme el comercial de Salvo con el Kikín. ¿Por qué me voy a agantar? Porque por otro lado estoy tratando de cambiar al mundo, con un plan, una película que puede ser el comienzo de una nueva forma de ver el cine. Por eso, respecto a este asunto, por este lado, apoyo a los cuequeros.
Por eso trabajo con ellos, porque creo en su protesta organizada, aunque algunos no se hayan dado cuenta de ello. Esa sí es una revolución, y no nomás una megamarcha.
Esa es la forma que tengo de protestar contra la sociedad actual. Ya sé que no es suficiente con querer hacer mejor cine, pero al menos yo sí estoy conciente de esta causa, y me gustaría que los marchistas tuvieran al menos una.
Ahora que, si de organizaciones hablamos, pues no se olviden de ir a mi fiesta de cumpleaños. ¡Sin protestas eh!
Hago una pausa en los maravillosos acontecimientos que anuncian la próxima legalidad de mi persona en varios países del mundo para escribir sobre este asunto de acuerdo a mis ideas políticas; las mías y de nadie más, de ningún "colectivo", ni siquiera del gay o del que vende hot dogs en mi facultad.
Me parece deplorable que se torture, viole y despoje arbitrariamente de la libertad a cualquier persona que tiene derecho a asociarse con otros para decir lo que piensa. Pero también desamdre llama a desmadre, y una sociedad desorganizada en sus protestas refleja por igual la desorganizada forma de frenarla.
Esto lo digo porque: yo soy de los que creen que todos los estudiantes universitarios que se plantan a mitad de la explanada de la facultad en la que estudio necesitan de una sola cosa: pretextos para manifestarse. No encuentran otra manera de "actuar" que no sean sus "megamarchas" (cosa que hasta El Valedor despreciaba), y "asambleas" llenas de gritos y consignas sumamente ridículas. Sin embargo, debo aceptar que entre ellos existen quienes sí se toman el tiempo y la paciencia para solicitar organización; entre ellos está la conocida chica que vende sandwiches (¿debería escribir sanduiches pa mexicanizar la palabra?), así como las deliciosas sincronizadas con su salsa mexicana, mmmm se me hizo agua la boca.
¡¡NO!! De vuelta a las trivialidades, qué banal soy, oh no ¡soy tan poco político! En fin, esta chica a la que me referí antes habló durante una de las "asambleas" (es que todo es como el mismo circo que pasa en los "medios", lo siento). Dirigiéndose con calma, tono de voz modulado, ella comenzó a enumerar las atrocidades, a describir la situación de unas compañeras politólogas detenidas, a manifestar su tristeza e inconformidad, pero más importante: a llamar a la organización.
Organización es una palabra que no comienzan a entender. Creen que organizarse es irse en grupitos a marchar por las calles o pa'l caso cerrarlas, que es más cómodo.
Nooooo m'hijos. Organizarse es algo más complejo, implica defender una causa a la vez y no la más inmediata sucedida. Implica mucha paciencia, tolerancia, y no el desenfreno esporádico de gritos, consignas y calles cerradas. Implica, por ejemplo, trabajar en la producción de muchos cortometrajes del CUEC cuya propuesta formal protesta de manera radical contra la continuidad intensificada de las películas actuales.
Esa ha sido mi manera de protestar, y seguirá siendo, aunque en alguna ocasión deba yo tener que aguantarme y aventarme el comercial de Salvo con el Kikín. ¿Por qué me voy a agantar? Porque por otro lado estoy tratando de cambiar al mundo, con un plan, una película que puede ser el comienzo de una nueva forma de ver el cine. Por eso, respecto a este asunto, por este lado, apoyo a los cuequeros.
Por eso trabajo con ellos, porque creo en su protesta organizada, aunque algunos no se hayan dado cuenta de ello. Esa sí es una revolución, y no nomás una megamarcha.
Esa es la forma que tengo de protestar contra la sociedad actual. Ya sé que no es suficiente con querer hacer mejor cine, pero al menos yo sí estoy conciente de esta causa, y me gustaría que los marchistas tuvieran al menos una.
Ahora que, si de organizaciones hablamos, pues no se olviden de ir a mi fiesta de cumpleaños. ¡Sin protestas eh!
7 comentarios:
Que los quemen a todos, queremos un Dogville a la mexicana ya que se nos da tanto eso de imitar.
Dogville, Dogville !!!
Quemenlos y a la madre matenle a sus hijos frente a ella y prometan que si no llora dejaran de matarlos.
¡Ay compadre! El día de su mega reven las mamis tocaremos en el alicia, pero igual dinos qué onda para caer en algún momento de la noche.
hola, te quedó rete bien tu post, apoyo la moción
y si de cine se trata, me pidió el Nef que te dijera que si podías, que si querías etc (paty mordiendo rebozo) ser jurado en el próximo concurso de cortos a realizarse en Delichiuos, gastos pagados, y ser posible te trajeras a uno o dos más de tus compañeros o amigos sabedores de esto del cine, también gastos pagados, pasaje y comidas y si quieren se quedan en my house, como ves? sería dentro de dos meses más o menos, mayores informes con el Nef.
besitos!
Pavese es una de los grandes compañero, espero que esta relación iniciada se mantenga.
Saludos
Compañeros, organicémonos, convoco a una asamblea para ver quién lleva el vodka y quién el Ron...
Yo llevo el rock jaja.
Oye, sí, siempre lo he dicho, más y mejor cine, ahí está la revolución. Como dice tonto simón, él tiene sus propio líder: jaja woody allen.
Estoy de acuerdo. Marchas, mitines y bloqueos no son la auténtica forma de organización; los colectivos universitarios se agotan en esos actos, por eso creo que muchos no somos militantes.
También creo que hay otras formas de lucha. Cine (lo cual no quiere decir, en mi opinión que el cine debe tener siempre un fin político), literatura, círculos de análisis, trabajo directo con las comunidades. Opciones las hay pero no hemos querido verlas y me incluyo.
Últimamente he estado pensando en la creación de un espacio de publicación propiamente político, con análisis menos parcos que no terminen en la típica dicotomía de "santísima izquierda no electoral" vs "malditos neoliberales rrrrrrrrrapaces."
Es hora de responder:
Eduardo "el Terrible": chale, m'hijo, organiseichon!!! No entendiste?!! NO A LA VIOLENCIAAA!!!!!!
PAM: Pues que le caiga tu banda a mi reven, que al cabo que será pa largo. Es más, lleven los instrumentos y aviéntensen un palomazo!
Abelina: ya me comuniqué con tu marido, nomás que no me ha confirmado fechas, pero con mucho gusto que me lanzo.
Galloso: sí, ojalá siga y siga, je; de casualidad tienes el mail de Santiago Roncagliolo? Quisiera hacerle una entrevista...
So': me alegra que sí hayas entendido! Jajaja, lleva mucho rock!!
Livi: gracias por tu comentario, qué honor tener tu opinión posteada por acá. No es que el cine sea de contenido político, sino que hacer buen y mejor cine sea también una acción política, de cambio, y revolución, aún sin necesariamente ser explícita esta intención. Es más, si queda velada mejor, el chiste es cambiar al mundo sin decirle al mundo que cambie.
TODOS A MI FIESTAAAAA!!!
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