12.12.05

Casi como querer devorarlo

El papel de un cuaderno nuevo es bien bonito. No sólo porque sus hojas son en verdad nuevas, inmaculadas, sino porque su papel en esta vida es convocar la inscripción de ideas en él. Apremia el ansia de escribir sobre sus hojas con la pluma que mejor acomode al movimiento de nuestra mano y al estilo de nuestra escritura. Las letras entonces comienzan a bailar, perfectas, perpetuas; la pluma colabora y con la tinta provoca. Esta escritura mía que se ve tan perfecta plasmando estos pensamientos y trnascribiendo estas ideas ajenas.

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Tengo alma, pero no soy un soldado.

La belleza está donde uno la encuentra.