22.11.07

Cuando veo a través del universo, oueeee

Lo mejor que puede pasar en un musical, por tratarse del "más no realista de todos los géneros", es que el cine haga aquello que la canción no puede. Y Julie Taymor lo logra, nada más que un inexplicable ímpetu le provoca no se sabe qué ganas de terminar echándolo todo a perder.

Coroegrafiar lo cotidiano, desde el fut o el basquet hasta a las prostis, los empleados y los indigentes, amalgamando la música no diegética de manera completamente irreal al contexto de realidad de la película. Multiplicar al locutor-cantante. Sobreimprimir, proyectar imágenes en los personajes, perforar y crear irrealidades llenas de imaginación. Cambiarle el tono a la interpretación de una rola de los Bitles. Usar máscaras, marionetas monumentales, avivar escenarios de pisos a paredes. Todo, para terminar en un ridículo teatralizado que, sin embargo, convence.

Porque la película rete bonita que es, con todo y un montón de payasadas poéticas, como el alucine de Bono interpretando al Doctor Robert, un número musical de la psicodelia que nos recuerda lo nefasto que era; la pesadilla de Salma en repetición de enfermera cargada de felicidad; el mal gusto de cambiar Revolution de prendida a trágica, y Hey Jude de profunda en sermón; peor tantito, dejarnos con las ganas de escuchar como el romance alcanzaba su cúspide entre Lucy y Jude, con la canción que era obvia, y que no quedaba mal para cerrar con broche de oropel todo el numerito de más de dos horas.

Sin embargo, con todo y todo, la volvería a ver. El cine es a veces muy así, muy d'esos.

3 comentarios:

Paxton Hernandez dijo...

En mi caso.

Un ridículo teatralizado que nunca me convención.

Aunque tiene sus momentos.

Qué bueno que ya no tienes tan abandonado el blog.

sirako dijo...

yo quiero hacer películas porno con musicales.

Pami Yasbeck dijo...

Órale, ps a ver qué tal está.

Tengo alma, pero no soy un soldado.

La belleza está donde uno la encuentra.