La misma clase media que se uniforma de prístino blanco (aunque la mona se vista de blanco); la misma clase media que por usar el metro o transportarse en taxis (una vez al año no hace daño), ya se siente muy unida con el pueblo; esa misma clase media que se manifiesta contra la inseguridad (chillones), es la clase media que, hipnotizada por el falaz fenómeno fílmico, ve en la pantalla grande a dos chamacos roba coches en plena aventura criminal (amenazados por el avance de una patrulla), y se enternece.
De cualquier forma, Partes Usadas, de Aarón Fernández, es muy buena.
El Julio tiene razón: ante ciertas circunstancias, las convenciones del espectáculo hacen reaccionar a la gente de muy extrañas maneras.
3 comentarios:
Chíngale. Me la perdí.
¿Ya está el DVD?
¿Jeaux d'enfants pa'cuando?
Yo tengo el mal habito de ser de clase media.
Claro que el Julio tiene razón.
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